Pasión
Una portada artística para el Anuario
Desde su primera publicación en 1949, el Anuario de Ferrari ha creado gran expectación entre clientes, entusiastas y aficionados por igual por su atractivo resumen de los momentos decisivos de Ferrari durante los 12 meses anteriores. También es famoso por sus portadas, a menudo audaces.
Ahora, el Anuario 2024 sigue esta orgullosa tradición con una espectacular portada tipográfica del diseñador británico David Pearson.
Pearson describe su trabajo como «un diseño basado en la impresión que utiliza la tipografía de manera expresiva». Ha diseñado llamativas portadas de libros para obras literarias mundialmente célebres y ha colaborado con marcas de moda de lujo. En 2015 fue incluso nombrado Royal Designer for Industry, el mayor galardón para diseñadores del Reino Unido.
Este ha sido el primer encargo del Cavallino Rampante para Pearson, pero su fascinación por la marca se remonta a su infancia.
«Cuando era adolescente tenía un póster del Ferrari F40 en la pared, así que, para mí personalmente como diseñador, recibir este encargo ha sido un verdadero honor y también un gran desafío», afirma Pearson con entusiasmo.
La portada del anuario está inspirada en ediciones anteriores, pero presenta un estilo contemporáneo propio
Su primer paso consistió en revisar el archivo de anuarios de Ferrari, tanto para evitar repetir temas anteriores como para encontrar inspiración. Las portadas de anuarios más minimalistas le resultaron especialmente atractivas, sobre todo las de los años 1950 y 1960.
«En todas mis portadas favoritas se ocultaba información de alguna manera», señala Pearson. «Eran sutilmente sugerentes y estimulantes, sin mostrar demasiado ni llegar a ser demasiado literales».
Pearson analizó dos temas de diseño clave mientras trabajaba con la portada final. El primero utilizaba fragmentos de letras que parecían atravesar la cubierta a gran velocidad, mientras que el segundo desarrollaba la idea de un logotipo de Ferrari giratorio.
Fue este último el enfoque finalmente elegido, concretado en una franja dinámica de color rojo que se resuelve como una tipografía Ferrari amarilla inclinada en un dramático ángulo de 45 grados.
«Es un enfoque iterativo que utiliza la luz y la transparencia para guiarnos desde la contraportada hasta la portada, de modo que solo en el último momento leemos la palabra Ferrari», explica Pearson. «Es como si Ferrari hubiera salido de la cadena de producción, pero también hubiera dejado una estela de producción y artesanía. Sin embargo, la portada evita revelar un coche propiamente dicho e invita al lector a buscar más en su interior».
El resultado es un diseño que encaja perfectamente en la orgullosa tradición de las portadas del Anuario de Ferrari y que a la vez establece una clara identidad propia.